La historia de Pablo: Se hizo justicia para una familia trabajadora

Como muchos trabajadores inmigrantes, Pablo*, de 58 años, su esposa y su hijo trabajan en la construcción, apoyando la infraestructura esencial de Estados Unidos. Fue en febrero de 2021 cuando un trabajo en particular con un contratista daría una gira peligrosa. “Estábamos trabajando fuera de la ciudad en la que vivimos. Vivimos cerca de Macon, en Georgia, y de aquí nos llevaron a trabajar a Carolina del Sur,” compartió Pablo en una entrevista con la defensora legal del Colectivo Sur Legal, Stephanie López-Burgos.

Originarios de México, Pablo y su familia hablan español con un inglés limitado y el capataz los amenazó y les faltó el respeto en repetidas ocasiones en este trabajo fuera del estado. Se les negaron descansos y no se les proporcionó el equipo de protección adecuado. “Estaba lloviendo y hacía mucho frío cuando estábamos trabajando y había rayos”, continuó Pablo. “Y estábamos encima de unas antenas ahí y hacía mucho frío y por la lluvia nos mojamos mucho. Le envié un mensaje y le dije que así no podíamos trabajar, ya eran las cuatro de la tarde. Y el jefe me respondió muy mal y grabé toda la conversación”. 

Cuando él y su familia comenzaron a sufrir hipotermia, Pablo supo que su seguridad estaba en riesgo y se puso firme. Por su valentía al hacer valer sus derechos, la familia fue despedida en el acto, amenazada y se le negó su último sueldo. Los trabajadores inmigrantes a menudo son maltratados por empleadores abusivos que creen que no dirán nada por temor a represalias, pero el fuerte sentido de justicia de Pablo impulsó su determinación. Su hermano conocía a alguien que estaba conectado con Sur Legal luego de la mortal fuga de nitrógeno en Gainesville, y le pasó la información de contacto de la directora ejecutiva de Sur, Shelly Anand. 

Se hizo justicia

El fuerte sentido de justicia de Pablo impulsó su determinación. “No temas informar lo mal que te tratan en el trabajo.”

“Al principio, este era un caso de último cheque de pago; solo querían lo que se les debía por su trabajo, e íbamos a acudir a la corte de reclamos menores”, dijo Shelly. “Pero justo antes de la fecha limite para someter la queja legal de seis meses, Pablo decidió presentar una denuncia ante la Ley Nacional de Relaciones Laborales. Cuando expresaron que no se sentían seguros trabajando y posteriormente fueron despedidos, se violaron sus derechos”. La Ley Nacional de Relaciones Laborales protege los derechos de los empleados a poder participar en una “actividad conjuntas protegidas”, que es cuando dos o más empleados toman medidas para ayudarse mutuamente o protegerse mutuamente con respecto a los términos y condiciones de empleo; por ejemplo, rehusar a trabajar en condiciones inseguras.

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Con el apoyo de Sur Legal, la familia recibió un acuerdo de su antiguo empleador que incluía no sólo el cheque de pago que se les debía, sino también los salarios perdidos por las semanas que estuvieron desempleados y otros daños. La familia ahora puede continuar con sus vidas. Pablo está priorizando a su familia (su orgullo y alegría) y trabajando duro para seguir adelante. “Estoy muy agradecido con quienes me ayudaron. Agradecido porque de lo contrario…. no hubiera logrado nada. Ya estaba sin esperanzas de tener representación legal. Y que podría llegar a un acuerdo con esta gente. Y me ayudaste mucho y gracias a ti logramos lo que se logró”.

“La perseverancia y el sentido de justicia de Pablo para él y su familia fueron poderosos”, dijo Shelly. “Pasaron por muchas cosas. Él realmente era el capitán de su barco, dirigió este caso y finalmente tuvo éxito. Fue un honor para nuestro equipo servir a esta familia”.

Pablo anima a otros trabajadores en situaciones similares a solicitar la ayuda que necesitan. “Hay que tener contacto con personas que sepan afrontar y ayudar en los problemas legales”, compartió. “Y no tengas miedo. Debido a que Shelly conoce bien la ley y será muy protectora contigo, no temas informar lo mal que te tratan en el trabajo. Tengan la seguridad de que Sur Legal hará todo lo posible para ayudar a las personas, tengan o no dinero para pagar”.

En sus sabias palabras de despedida, Pablo añadió: “No pierdan la esperanza. Todo se puede arreglar”.


*El nombre de nuestro cliente ha sido cambiado para proteger la privacidad.

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